Fundación 'la Caixa' atendió en 2020 en Cantabria a 864 pacientes terminales y sus familias

La fundación La Caixa ha ayudado a más de 56.000 personas en procesos de final de vida o duelo en 2020

El Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación 'la Caixa' ha atendido en 2020 en Cantabria a 864 personas en los procesos de final de vida y de duelo, prestándoles acompañamiento emocional y espiritual. De ellos, 416 eran pacientes y 448 familiares.

En Cantabria el programa actúa en tres centros hospitalarios, los de Santa Clotilde, Valdecilla y Laredo, y en cinco equipos de atención domiciliaria, a través de un Equipo de Atención Psicosocial (EAPS) perteneciente al Hospital Santa Clotilde de Santander-Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Este equipo está encabezado por la doctora Ana Rodríguez y formado por dos psicólogos, dos trabajadoras sociales y el responsable del Servicio de Atención Espiritual y Religiosa. Los equipos de atención domiciliaria actúan en domicilios en coordinación con el Hospital Valdecilla de Santander y el de Laredo.

Según ha informado la Fundación en nota de prensa, la crisis de la COVID ha visibilizado el abordaje de la muerte y la necesidad de un acompañamiento "integral, humano y cálido" a las personas que se encuentran al final de la vida y a sus familiares.

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Señala que los profesionales que forman parte de este programa han vivido un año "de alta intensidad", siendo sus servicios más requeridos y valorados que nunca en los entornos hospitalarios.

El Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de 'la Caixa' nació en 2009 como un programa pionero en la atención emocional y espiritual en los cuidados paliativos, procesos de final de vida y duelo, y desde entonces ha atendido en Cantabria a 3.727 pacientes y 4.331 familiares.

Desde su inicio, el año 2020 ha sido el "más intenso" que han vivido los profesionales de los 44 EAPS que actúan en 132 hospitales de toda España y 133 unidades de apoyo domiciliario.

Según explica la Fundación, la atención al final de la vida y al duelo en circunstancias extremas como las que se han producido a raíz de la pandemia, ha sido también objeto de trabajo de los profesionales del programa que han tenido que aumentar intensamente sus esfuerzos para mantener su labor asistencial en unas condiciones tan complicadas como las que se han generado en el ámbito hospitalario.

En estas circunstancias los EAPS han visto incrementada su labor acompañando no solo a personas que se encontraban en situación de final de vida, sino también a las personas afectadas gravemente por el virus de la COVID, sus familiares y los profesionales que las atendían.

"Los duros meses de pandemia han provocado que un tema tabú como la muerte, fuera más visible para el conjunto de la sociedad", ha señalado la directora del Institut Borja de Bioética y colaboradora del programa, Montserrat Esquerda.

"La pandemia nos ha traído muchísimas muertes, muertes sin preparar y muertes no esperadas. Ahora podemos decir que estamos más preparados que antes de la pandemia para hablar de la muerte y del trabajo que se hace en las unidades de cuidados paliativos", ha indicado.