Los enfermeros cántabros entregan este sábado su Premio Candil al intendente jefe de Policía de Ponferrada
El Colegio de Enfermeras y Enfermeras de Cantabria entregará este sábado su Premio Candil al intendente jefe de la Policía Municipal de Ponferrada, Arturo Pereira, en reconocimiento a su aportación al colectivo profesional.
El homenajeado, casado con una enfermera, defiende la necesidad de poner en valor esta profesión de forma urgente y se refiere a este colectivo como "fundamental para la sociedad, pero muy poco valorado y con escasa visibilidad". Además, cree que "vive una realidad paralela con los policías municipales o locales por su cercanía y cuidado a los ciudadanos".
El VII Premio Candil del Colegio se entregará a las 12.00 horas en el Palacio de Exposiciones de Santander durante la celebración del Día Internacional de la Enfermería (12 de mayo), al que está prevista la asistencia de la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga; del consejero de Salud, César Pascual; y de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, entre otras autoridades.
Durante el acto también se presentará un estudio de la Comisión de Investigación del Colegio, se entregarán los premios de Investigación, Cooperación y de Fotografía; se reconocerán a nuevos enfermeros internos residentes (EIRS) y se dará una distinción a las Fuerzas de Seguridad del Estado: Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local.
El Día Internacional de la Enfermería, que este año se celebra bajo el lema 'Nuestras enfermeras. Nuestro Futuro. Cuidando de las enfermeras fortalecemos la economía', se celebra en Santander por primera vez en los últimos años ya que en ocasiones anteriores se ha realizado en otros municipios -como Torelavega, Colindres, San Vicente de la Barquera y Puente Viesgo- para descentralizar la actividad del Colegio y acercarla a toda la geografía cántabra y a sus enfermeras.
El Premio Candil surgió como homenaje a la figura de Florence Nightingale, referente de la enfermería mundial que destacó por su trabajo en la Guerra de Crimea (1853-1856), donde visitaba a los soldados por la noche con una lámpara, lo que motivo el apelativo de la 'Dama de la lámpara' y ésta se convirtió en el símbolo de la enfermería.