El consejero de Medio Ambiente de Cantabria, Guillermo Blanco, ha celebrado que la Consejería de Obras Públicas vaya a investigar el gran reservorio de agua subterránea que se extiende entre San Vicente de la Barquera y Santander, porque "aliviaría mucho" si se vuelven a producir situaciones de sequía como la sufrida este verano.
"Es muy importante tener ese tipo de reservas para lo que pueda venir. Hay ríos que en el verano lo pasan mal, ellos y su fauna, y este año lo han pasado muy mal". "Hemos tenido necesidad", ha reconocido, recordando que muchos municipios han llamado a la puerta de su departamento para pedir abastecimiento de agua, especialmente los ganaderos para surtir a sus animales.
Una labor de la que se ha encargado el Servicio de Emergencias 112 y también el Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios cuando la alerta por fuegos no era elevada. Asimismo, la Consejería que dirige Blanco se puso en contacto con las tres confederaciones hidrográficas con competencias en Cantabria para permitir a los ganaderos extracciones puntuales.
Por ello, el también titular de Ganadería considera "muy interesante" que la Consejería de Obras Públicas que dirige su compañero regionalista José Luis Gochicoa vaya a realizar en 2023 dos sondeos a los que destinará un millón, que se estima que tiene una capacidad similar a la del pantano del Ebro.
"Hay que adelantarse a los tiempos" y "el agua es el elemento del futuro sin ninguna duda", ha opinado Blanco, natural de Ongayo, localidad del municipio de Suances, donde ha relatado que "siempre escuchó que en toda esa zona había un gran lago subterráneo" que habrían detectado cuando se desarrollaba la explotación minera.
"Si Cantabria cuenta finalmente con una reserva tan amplia de ese agua subterránea, nos aliviaría en el futuro si volvemos a tener problemas de estiaje", ha respondido este jueves a preguntas de los periodistas sobre su opinión acerca del proyecto, tras una rueda de prensa que ha ofrecido para presentar la Olimpiada del Tudanco que se celebra el día 12 en Cabezón de la Sal.
