Los acusados de falsificar billetes y canjearlos dicen que no tienen "nada que ver"

Archivo - Fabricación De Billetes De Euros En La Fábrica Nacional De Moneda Y Timbre

Los acusados de falsificar billetes de 20 y 50 euros y ponerlos en circulación en Cantabria han negado su participación en los hechos, asegurando que no han tenido "nada que ver", en la elaboración y distribución o canje de los mismos en comercios de distintas localidades de la región.

Así, lo han manifestado en el juicio contra ellos, que ha arrancado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial con el interrogatorio a los procesados. Han declarado siete de los ocho encausados, ya que uno de los dos presuntos cabecillas se ha negado.

El otro supuesto ideólogo, tío del anterior y para el que la Fiscalía también pide diez años de prisión, sí ha contestado, pero solo a las preguntas de esta acusación y de su abogado.

Es lo que han hecho casi todos los demás encausados, amigos o familiares de los anteriores que colaboraron en el canje de los billetes y que se enfrentan por su parte a ocho años de cárcel por estos hechos, que tuvieron lugar en noviembre de 2016. Para todos ellos, el ministerio público interesa una multa de 135.840 euros.

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El presunto promotor que sí ha testificado ha aseverado que él no tiene "nada que ver" con la falsificación de dinero y su posterior distribución, por ejemplo, en un supermercado de Parbayón: "Para nada". "Yo con eso no tengo nada que ver", ha zanjado. "¿Dónde están los billetes?", se ha preguntado, para añadir a continuación: "Que digan: 'estos billetes eran tuyos'".

De acuerdo con el fiscal, fabricaban los billetes de 20 euros mediante una fotocopia impresa en papel timbrado de billete original, obteniendo así una copia "de calidad".

A continuación, recortaban el holograma de uno auténtico y el holograma de la fotocopia en papel timbrado y los intercambiaban, de manera que obtenían dos de 20 euros a partir de uno original, y ambos con partes auténticas, con lo que "podían inducir a error en máquinas de cambio o a terceras personas".

PAPEL TIMBRADO, FOTOCOPIADORA E INFORMÁTICA

Al hilo de este proceso, y a preguntas de esta parte, el acusado ha asegurado que no sabe "ni lo que es" una fotocopiadora. "Apenas sé de escribir", ha remachado.

Su mujer, tía del otro cabecilla, ha señalado por su tarde que en el momento de los hechos vivía con su marido en un domicilio diferente al que registró la Guardia Civil, en Hoznayo, donde residían su hijo, su nuera y sus nietos.

En cualquier caso, ha negado haber estado en una panadería y farmacia de Guarnizo donde supuestamente habría intentado pagar con un billete falso: "Es imposible, yo no he estado. Si hay cámaras, que las muestren", ha planteado.

Y también ha negado haber estado "nunca" en un estanco en el que, al parecer, habría comprado papel timbrado: "Ni se lo que es eso", ha apuntado, lo mismo que han declarado otros dos procesados.

Esta mujer, que ha agregado que tampoco sabe de informática, estuvo en prisión provisional durante dos semanas, pues quedó en libertad tras una rueda de reconocimiento en la que "nadie" la identificó.

500 EUROS DE LA RSB SACADOS EN UN CAJERO

En la vista también ha declarado un matrimonio y un conocido de ambos, pues viven todos en Santander, y que se encontraban en un centro comercial cuando el segundo fue interceptado por vigilantes de seguridad e intervinieron después agentes de la Guardia Civil.

El marido, que se dedica a recoger chatarra, ha explicado que fue con su mujer a comprar ropa a su hijo, y aunque los agentes le "quitaron" 500 euros -del cobro de la Renta Social Básica-, le devolvieron todos "menos uno", pese a que era "verdadero", porque los había sacado de un cajero, según ha indicado. En todo caso, ha manifestado que él no tiene "billetes falsos" ni tampoco pagó con ellos.

Su mujer, por su parte, ha sido preguntada acerca de por qué se agachó detrás de un coche cuando se encontraban en el aparcamiento exterior del centro, extremo que ha justificado porque le "entraron ganas de hacer pis", pero ha negado haber introducido entre las ruedas del vehículo billetes de 50 euros.

Estos últimos, y según el fiscal, se hacían fotocopiando también uno original sobre papel timbrado, aunque pegaban en él un trozo de papel transferible metalizado.

El conocido del matrimonio, que se dedica a la venta ambulante y de chatarra, ha admitido que en los mercadillos podía ser "habitual" la circulación de billetes falsos, por lo que en relación a un pago efectuado en un bar de Pedreña y en el centro comercial donde coincidió con la pareja ha manifestado que no puede "asegurar que (el billete empleado) fuera falso o verdadero".

NUNCA HE VISTO NADA RARO EN MI CASA

El padre del ideólogo que no ha testificado, dedicado también a la venta ambulante, ha indicado que su hijo reside en Toledo aunque venía de vez en cuando a Cantabria y se quedaba con ello, pese a lo cual "nunca he visto nada raro en mi casa" y, además, "jamás en su vida" ha falsificado dinero.

También ha negado haber comprado "nunca" papel timbrado como el que se halló en el registro de la vivienda, y menos en un estanco de Astillero: "El único estanco que piso es el de Hoznayo", ha sentenciado.

En esa entrada en el domicilio también se encontró un billete con el holograma cortado, fotocopias de otros, "múltiples" ya confeccionados, una cortadora de papel y dos impresoras. Por su parte, el otro cabecilla guardaba en su domicilio de Hazas de Cesto cartuchos de tinta para la impresora.

Según la Fiscalía, con el papel timbrado intervenido y las herramientas que empleaban podrían haber confeccionado billetes que puestos en el mercado alcanzarían un valor de 237.000 euros.

El ministerio público considera los hechos un delito de falsificación de moneda de curso legal, por el que pide penas de entre ocho y diez años de cárcel para los acusados. El juicio continuará el miércoles, jueves y viernes.