La familia de una de las niñas de Aguilar asegura que la reapertura de las diligencias judiciales es "incuestionable"

Dice que declaraciones del subdelegado del Gobierno "no se ajustan a la realidad judicial que en el momento actual se sigue en el caso"

La familia de Virginia Guerrero, la niña de Aguilar de Campoo que junto a su amiga Manuela Torres fue vista por última vez en la localidad cántabra de Reinosa en 1992 ha asegurado que la reapertura de las diligencias judiciales por la desaparición de ambas es "un hecho incuestionables y sobre el que no puede existir ninguna duda".

Así lo manifiestan los allegados de la menor en un comunicado remitido a esta agencia por el despacho criminólogo y jurídico Balfagón & Chipirrás que representa a los familiares de ambas, a raíz de recientes manifestaciones del subdelegado del Gobierno en Palencia que negaban tal extremo.

Ante esto, la familia Guerrero señala que auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cervera de Pisuerga (Palencia) dictado el pasado 21 de junio "no deja ninguna duda" al respecto.

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El mismo, y según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León a Europa Press, se ordenaba volver a abrir las diligencias de investigación en torno a este caso, en el que hay información bajo secreto de sumario.

Y a dicha resolución se suma una providencia, del mismo órgano judicial con fecha de 29 de julio, en la que remite a la Guardia Civil la información correspondiente para que se continúen las labores de investigación.

La familia de Virginia considera que las citadas declaraciones han creado "confusión", toda vez que "no se ajustan a la realidad judicial que en el momento actual se sigue en el caso" de esta desaparición, que está a día de hoy reabierta".

"No vamos a cejar en el empeño de saber qué ocurrió con Manuela y Virginia, concluye el comunicado. Las dos menores, de 13 y 14 años, fueron vistas por última vez el 23 de abril de 1992, haciendo auto stop para volver a casa después de haberse trasladado desde la localidad palentina hasta la cántabra.

NUEVA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN

La reapertura del caso se ha decidido por una nueva línea de investigación surgida a raíz de la difusión, el pasado mes de febrero, de una información en un programa de televisión recordando esta desaparición y solicitando también la colaboración ciudadana.

A partir de esa noticia se produjo la llamada de una mujer a la que, un año antes de la desaparición de Virginia y Manuela, había sucedido algo parecido, también cuando hacía auto stop en compañía de una amiga con la que regresaba de unas fiestas.

Sin embargo, en aquella ocasión ambas lograron escapar del vehículo -de las mismas características en el que al parecer se subieron Virginia y Manuela cuando fueron vistas por última vez-, aunque no denunciaron nada porque al igual que las menores de Aguilar habían salido de casa sin el permiso de sus padres.

Ahora, casi tres décadas después de lo ocurrido y tras ver el citado programa de televisión, esa mujer ha decidido denunciar los hechos ante la Guardia Civil y se ha acordado así la reapertura de las actuaciones judiciales.

El auto por el que se han retomado las pesquisas se ha acompañado de otras diligencias, como un mandamiento para verificar la versión de esa testigo y para la identificación de posibles sospechosos que tuvieran relación con lo ocurrido, todo ello en el marco de la investigación reabierta y que continúa su curso.

MANDÍBULA HALLADA EN EL EMBALSE DEL EBRO

En 2018, el hallazgo de una mandíbula humana en el embalse del Ebro llevó a pensar que pudiera pertenecer a una de las dos niñas de Aguilar, pero el cotejo del ADN con la base del programa 'Fénix' de personas desaparecidas no ofreció ningún resultado.

La localización de dicha pieza ósea se produjo el 12 de octubre de ese año en la orilla del pantano, en el municipio de Campoo de Yuso. Se hicieron cargo de la investigación especialistas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cantabria.

En las proximidades del lugar donde fue descubierta la mandíbula se encuentra un antiguo cementerio, que, si bien habitualmente está cubierto por el agua, con el episodio de sequía del verano anterior quedó al descubierto.

En este sentido, una de las hipótesis de trabajo era que dicho resto procediera del mencionado campo santo, aunque no se descartaron otras posibilidades, como que pudiera pertenecer a una de las dos menores palentinas que desaparecieron en Reinosa hace ya casi 30 años.