El Instituto de Investigaciones Prehistóricas realiza la segunda campaña de excavaciones en la cueva de La Chora

Excavación en la cueva de La Chora

Un equipo de investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) está realizando durante este mes de julio la segunda campaña de excavaciones en la cueva de La Chora, situada en Valle de Aras (San Pantaleón de Aras, Voto).

Un yacimiento que, para los directores de esta investigación, los especialistas en bioarqueología y paleoclima, Igor Gutiérrez (IIIPC) y Asier García (Universidad de La Rioja) es relevante por la detallada información que puede proporcionar sobre las formas de vida de las poblaciones que vivieron durante el periodo mesolítico, que corresponde a la época en la que vivieron los últimos cazadores-recolectores-pescadores, antes de la llegada de la agricultura y la ganadería.

Una primera campaña de aproximación al yacimiento realizada en 2017 puso de manifiesto la existencia de dos unidades de conchero mesolítico (enormes amontonamientos de conchas y otros restos de alimentos y actividades desarrolladas durante la ocupación del sitio) datadas alrededor de hace 8.000 y 10.000 años, respectivamente.

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La actual campaña tiene el objetivo de excavar en detalle esas unidades y así profundizar en el estudio de estas sociedades prehistóricas, ha informado el IIIPC en nota de prensa.

Los primeros resultados han permitido comprobar que los grupos humanos que habitaron la cavidad en esos periodos basaron buena parte de su alimentación en el consumo de mariscos, como ostras, almejas y mejillones.

Para llevar a cabo la recolección de estos moluscos se desplazaron 4 o 5 kilómetros hasta la cabecera del estuario del río Asón, si bien también se han constatado desplazamientos hasta la costa abierta, que estaría situada a unos 10 kilómetros del yacimiento.

Esto ha permitido establecer la hipótesis de que estas poblaciones contaban con un amplio territorio de captación de recursos alimenticios y que se movían entre la costa y el interior.

Además, este tipo de concheros no son muy abundantes en la región cantábrica, por lo que la excavación de La Chora supone una gran oportunidad para estudiar las formas de vida y la movilidad de estos grupos humanos.

Otra de las peculiaridades del yacimiento es la gran presencia de restos de ciervos, corzos, cabras y jabalíes, que probablemente cazaron en las proximidades, por lo que la caza debió ser una actividad importante.

Unos comportamientos que indican que la dieta de estos grupos humanos era diversificada y consumían una gran variedad de alimentos.

Por otro lado, tras la excavación, los materiales recuperados serán sometidos a diversos tipos de análisis, con el objetivo de obtener nuevos datos, tanto sobre las formas de vida, como sobre el clima y el medio ambiente en el que vivieron estas poblaciones mesolíticas.

En este sentido, uno de los objetivos es determinar el papel que jugaron, en la dieta humana, otros alimentos menos visibles en el registro arqueológico, como el pescado y los vegetales.

Las próximas campañas de excavación pretenden centrarse en la localización de restos más antiguos, correspondientes al Paleolítico.

La excavación de la Cueva de La Chora se enmarca dentro del proyecto 'La Prehistoria de la Cuenca del Asón: Las Cuevas del Mirón (Ramales de la Victoria) y La Chora (Voto): formas de vida y respuestas humanas los cambios climáticos en el Tardiglaciar de la Región Cantábrica española', financiado por la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria.

El IIIPC) es un instituto universitario de investigación de carácter mixto, de titularidad compartida por el Gobierno de Cantabria, la Universidad de Cantabria y Santander Universidades.